TIERRA SANTA - Visten de azul, negro, marrón o blanco... Trabajan en oficinas, escuelas, instituciones, iglesias... Llevan cruces en el cuello, un anillo alrededor del dedo, velos en la cabeza... Son las piedras vivas de la Madre Iglesia, las almas que trabajan discretamente para que la Iglesia brille. Lpj.org ha salido al encuentro de diez pequeñas congregaciones femeninas en Tierra Santa invitándoles hoy a conocer a las Hermanas Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento.
Beata Marie-Madeleine de l'Incarnation, fundadora de la orden
Las Hermanas Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, que viven en un monasterio adyacente a la capilla de la Gruta de la Leche en Belén, forman parte de una orden contemplativa fundada en 1807 en Italia. Llegaron a Tierra Santa en 2007 y desde entonces llevan una vida sencilla de oración y trabajo, centrada en la práctica de la adoración eucarística perpetua.
"Te he elegido para establecer la obra de adoradores perpetuos que, día y noche, me ofrecerán su humilde adoración".
Estas son las palabras que la beata Marie-Madaleine - entonces llamada Caterina Sordini - escuchó de boca de Cristo, un año después de ingresar en el monasterio terciario franciscano de Ischia di Castro (Italia). Destinada a casarse con un rico comerciante, se apartó de este camino después de tener una visión de Jesús preguntándole si realmente iba a abandonarlo. Fue después de una segunda visión, en la que Él hizo esta petición, que Caterina comenzara a escribir las primeras constituciones de la orden. Tras ser elegida abadesa de su monasterio en 1802, se dirigió al Papa para pedirle permiso para fundar una nueva orden, enteramente dedicada a la adoración del Santísimo Sacramento.
Aprobada en 1808, la orden se vio obligada a exiliarse en la Toscana por las tropas de Napoleón Bonaparte durante la invasión francesa de Italia. Las monjas regresaron en 1814, tras la derrota de Napoleón, y se instalaron en un nuevo instituto aprobado oficialmente por el Papa en 1818. Seis años después, a la edad de 54 años, la fundadora de la orden predijo que pronto se uniría al Señor y murió unos meses después. Después fue enterrada en Santa Ana al Qurinale (aunque sus restos han sido trasladados a la iglesia de Santa María Magdalena).
En 2001, la Beata Marie-Madaleine fue declarada Venerable. Fue beatificada en 2008 tras producirse un milagro de curación en su nombre.
La Iglesia de Santa María Magdalena. En el interior se erigió un altar dedicado a la Beata Marie-Madaleine en 2004.
Una vida contemplativa y enclaustrada
Hoy en día, repartidas por distintas partes del mundo, las Hermanas Adoratrices Perpetuas dedican su vida a rezar por los demás mediante la adoración continua del Santísimo Sacramento. Llevando una vida contemplativa, lejos del bullicio del mundo exterior, se turnan para rezar ante el Cuerpo de Cristo cada día y cada noche.
"Nuestra misión es vivir el misterio eucarístico y ser testigos permanentes de la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento para todo el mundo", explica la Hermana Ianua Caeli de Jesús, adoratriz perpetua que vive en Belén. "Nuestra adoración consta de cuatro momentos: alabanza, reparación, acción de gracias e intercesión por las intenciones del Papa, de la Iglesia y del mundo".
Cuando no practican la adoración perpetua, las Hermanas llevan una vida sencilla de oración, reflexión y comunidad.
Desde su llegada a Tierra Santa en julio de 2007, las Hermanas Adoratrices Perpetuas han servido a Dios y a la iglesia local de Jerusalén rezando por ellos todos los días. "También rezamos por los cristianos que son perseguidos en la región.
Cada día, las Hermanas se levantan a las 5 de la mañana para estar listas para los laudes a las 5.30 y el oficio de las lecturas. A las 6.30 horas, asisten a la misa, seguida de las oraciones de la mañana y el primer rosario. "Luego desayunamos, justo antes del segundo rosario", explica una de las Hermanas. "Durante la mañana solemos ensayar nuestros cantos: gregoriano para la misa y latín para las oraciones. Antes de la comida, también tenemos un tiempo dedicado al trabajo: cocinar, lavar, bordar, coser, trabajar en la sacristía, limpiar, etc.".
Después de la oración del mediodía, las Hermanas van al refectorio en procesión, cantando, y almuerzan en silencio mientras una de ellas lee un pasaje de los Evangelios, una encíclica o cualquier otro documento relacionado con las enseñanzas de la Iglesia. La cena también se toma en silencio.
"Por la tarde, hacemos algunas tareas domésticas, rezamos, descansamos, tenemos la Lectio Divina... Sólo después de la cena se rompe el silencio del día; tenemos un tiempo de recreo durante el cual podemos contar historias, discutir entre nosotras, jugar a .... Luego terminamos con las oraciones nocturnas a las 21:00 horas. Nuestros días nunca son monótonos porque para nosotros cada día es una nueva experiencia, y no hay dos días iguales.
Miembro de la orden desde mayo de 2001, la Hermana Ianua Caeli describe los años que preceden a los votos definitivos de cada Hermana: "Antes de abrazar la vida contemplativa, tenemos que pasar un año de postulado, dos años de noviciado y de siete a nueve años de primeros votos. Sólo entonces podremos hacer nuestros votos finales. Para nosotros, la vida contemplativa es y será siempre el motor de la Iglesia: somos como su corazón. Al igual que el órgano, bombeamos sangre en él con nuestras oraciones y los acontecimientos ordinarios que tienen lugar en nuestra vida oculta, unida a Cristo. Pero todo cristiano está llamado a una vida contemplativa; no podemos comparar nuestra vida con la de otro, pues un individuo puede vivir en el exterior y, sin embargo, ser contemplativo por su relación con Dios".
Rezar continuamente por la paz
Las Hermanas Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento en Tierra Santa también rezan por la paz de forma continuada desde 2016. En esta época se instaló en su capilla un tabernáculo "Reina de la Paz", regalo de la comunidad polaca del mismo nombre.
Esta comunidad, que promueve la oración por la paz a través del culto perpetuo, ha tratado de establecer doce lugares en todo el mundo donde la gente puede venir a rezar por la paz mientras está en comunión con los demás.
El tabernáculo, bendecido e inaugurado en marzo de 2016, está inspirado en el libro del Apocalipsis. Fue creada por el artista polaco Mariusz Drapikowski, especializado en arte sacro.
"Para nosotras no fue fácil cambiar el sagrario, primero porque el pequeño que teníamos tenía una gran riqueza espiritual, y también porque era el segundo que se utilizaba para la adoración en nuestra casa madre, en Nápoles", explican las Hermanas. "Pero respondimos a esta llamada a rezar intensamente por la paz a través de este nuevo tabernáculo con gran alegría, en la fe de que el Señor, a través de la Virgen María Reina de la Paz, respondería a nuestras oraciones".
En el interior de la capilla de adoración eucarística
Breve resumen
- Nombre: Hermanas Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento
- Fundadora: † Beata Marie-Madeleine de l'Incarnation
- Acrónimo: APSS
- Carisma: Centrado en la Eucaristía, también se esfuerza por dar testimonio a las personas, cristianas y no cristianas por igual, de la presencia real de Dios en la Eucaristía, a través de la Adoración.
- Espiritualidad: Basada en la Regla de San Agustín, centrada en el amor fraternal.
- País de origen: Italia
- Ubicación hoy: Austria, Estados Unidos, Chile, España, Kenia, Brasil, Italia, México y Tierra Santa.
- Hábito: blanco con un escapulario rojo y un velo negro. El color rojo representa el cuerpo y la sangre de Cristo; el color negro simboliza la sombra del Espíritu Santo que cubre a las Hermanas.
- Anécdota(s): Al descentralizarse la administración de la orden, cada monasterio es independiente entre sí.
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