El 15 de septiembre tuvo lugar el encuentro anual del Ordo Virginum de Jerusalen con el Patriarca. Asistieron seis consagradas acompañadas por el padre Marcelo Gallardo (IVE), capellán de las Consagradas en Jerusalén.
El Ordo Virginum es una de las formas de consagración más antiguas que existen en la iglesia, que remonta a los tiempos apóstolicos, redescubierta después del concilio Vaticano II, en la cual mujeres que viven en el mundo, y comparten las alegrías y las fatigas de todos, sin pertenecer a una comunidad específica, consagran su vida en castidad de un modo particular a Cristo y al servicio de la iglesia local. Este año, la diócesis de Jerusalén cuenta con quince consagradas, ocho de ellas en Jerusalén y siete en Jordania.
El encuentro tomó la forma de un diálogo sobre los desafíos y promesas de la vocación cristiana en el contexto particular de nuestra iglesia de Jerusalén en nuestros días. El Patriarca compartió una pequeña Lectio sobre varios pasajes de los Hechos de los Apóstoles, en los que se habla de la unidad de la primera comunidad cristiana resaltando los cuatro elementos principales que sustentan esta unidad y a los que podemos referirnos hasta el día de hoy: La Enseñanza de los Apóstoles (doctrina), la Comunión (vida comunitaria), la Fracción del Pan (Eucaristía y sacramentos) y la Oración (relación constante con Dios).
Tras este simple, pero rico, intercambio, tuvo lugar la celebración de la Santa Misa que terminó con la firma el libro de las actas de Consagración.
Al final del encuentro nos interrogamos sobre el modo de seguir trabajando y viviendo como testigos como testigos de Cristo, cada una, desde nuestra misión particular, cómo ayudar a que esta vocación encuentre su expresión en nuestra iglesia, y surgió el deseo de ponernos en contacto con nuestras hermanas de Jordania.