El sábado 26 de abril de 2025, Mons. Rafiq Nahra, Vicario Patriarcal en Galilea, presidió la solemne celebración eucarística con motivo de la festividad de Santa María Magdalena en la Iglesia dedicada a su nombre, situada en la región de Magdala, a orillas del Mar de Galilea.
La Misa fue concelebrada con el P. Juan Solana, Director del Centro Magdala, junto a varios sacerdotes y una numerosa asamblea de fieles, reunidos para honrar a la Santa que fue la primera en proclamar a los discípulos la gozosa noticia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Mons. Nahra inició su homilía afirmando que la Iglesia sigue viviendo en el espíritu de la Octava de Pascua, incluso mientras llora el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco. Invitó a los fieles a unir sus oraciones a Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, a los 199 cardenales y a todos los fieles reunidos para la Misa Funeral, que coincidió con esta celebración de la Misa.
Reflexionando sobre la vida de Santa María Magdalena, Mons. Nahra recordó que el Papa Francisco, Apóstol de la Misericordia, elevó su conmemoración litúrgica a fiesta en 2016, durante el Año Jubilar de la Misericordia, y le concedió el título de «Apóstol de los Apóstoles.»
Destacó la importancia de esta mujer extraordinaria que siguió a Cristo con fe y amor inquebrantables. Y subrayó que el Señor Resucitado eligió a María Magdalena para ser la primera en anunciar su victoria sobre la muerte -aunque podría haberse revelado directamente a los Apóstoles-, enseñándoles a ellos, y también a nosotros, el camino de la fe y la confianza. Explicó que Cristo buscó construir con sus discípulos una relación arraigada en la fe y la confianza, inquebrantable ante el temor de la decepción, porque Él regresaba al Padre, y su relación con Él estaba destinada a transformarse. Así, envió a María Magdalena para llevar el mensaje, invitando a todos los creyentes a confiar y creer sin dudar.
A continuación, Mons. Nahra recordó la homilía final del Papa Francisco, quien, reflexionando sobre el Evangelio de la Resurrección, exhortó a los fieles a imitar el amor ferviente y el afán que movieron a María Magdalena, Pedro y Juan a correr hacia la tumba vacía.
Las palabras del Papa recordaron a los fieles que la Resurrección nos llama a buscar a Cristo vivo no entre los muertos, sino en los espacios vibrantes de la vida - porque Él está vivo, presente entre nosotros, revelado en los rostros de nuestros hermanos y hermanas, y entretejido en la trama de nuestra vida cotidiana.
Monseñor Nahra también subrayó la profunda importancia de la esperanza cristiana, una esperanza que trasciende la lógica humana. Reflexionó sobre cómo, en su miedo inicial, los discípulos se habían encerrado tras puertas cerradas, reticentes a creer. Sin embargo, su fe se renovó al encontrarse con el Resucitado. Esta esperanza, señaló Mons. Nahra, inspiró al Papa Francisco a proclamar el próximo Año Jubilar bajo el lema: La esperanza no defrauda.
Para concluir, Mons. Nahra afirmó que nuestro Dios es un Dios de amor y de vida, que comprende nuestras debilidades y camina a nuestro lado. Invocó la intercesión de Santa María Magdalena y de la Santísima Virgen María, pidiendo que el Señor renueve en nosotros una esperanza viva en medio de los desafíos y pruebas que afrontamos.
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Acerca del Centro Magdala
El Centro Magdala está situado en la antigua aldea de Magdala, en la orilla occidental del Mar de Galilea, y se erige hoy como uno de los lugares espirituales y arqueológicos más significativos de la región de Galilea. El Centro alberga la moderna y singular Capilla de la Barca, que conmemora la predicación de Jesús desde la barca. Durante su peregrinación pastoral a Tierra Santa el 26 de mayo de 2014, el Papa Francisco bendijo el tabernáculo que ahora adorna el altar de la capilla.
Además de su significado espiritual, el centro alberga notables restos arqueológicos de la antigua ciudad, que se cree fue el lugar de nacimiento de la propia Santa María Magdalena. Dedicado a honrar a las mujeres que aman a Dios y viven de acuerdo con la fe, el Centro Magdala ofrece a los peregrinos de todo el mundo un espacio sagrado impregnado de serenidad y reverencia. Aquí, los visitantes se inspiran profundamente en la vida de Santa María Magdalena, un radiante modelo de conversión, fe inquebrantable y firme discipulado.